PROBABLEMENTE LA MEJOR
PUERTA DE ENTRADA AL UNIVERSO DE ROBERTSON DAVIES
Robertson Davies no es
muy conocido en España, o al menos no es tan conocido como debería si tenemos
en cuenta que fue hasta su muerte el gran patriarca de las letras canadienses;
o si consideramos su enorme calidad literaria; o que es el gran maestro de John
Irving, en cuya obra se distingue claramente su influencia. Quizás no haya
acabado de encontrar hueco entre los lectores españoles por su carácter de
escritor de transición entre la literatura del XIX y la del XX (a pesar de
haber nacido en 1913). Puede ser que resulte muy clásico para ser moderno y al
mismo tiempo demasiado moderno para ser clásico. En cualquier caso, la
editorial “Libros del Asteroide” parece decidida a corregir este asunto, ya que
ha publicado las once novelas de Robertson Davies en español. Tres trilogías
completas más dos novelas de la cuarta, que dejó inconclusa a su muerte.
“El quinto en discordia”
es la primera novela de la “Trilogía Deptford”, llamada así por el nombre del
pueblo canadiense donde nacieron sus tres personajes principales y donde surge
el conflicto que unirá de alguna manera sus vidas. En ella Davies deja el punto
de vista en manos de Dunstan Ramsay, un personaje difícil de encasillar,
marcado por la culpa, deslumbrado por el santoral católico, y con un mundo
afectivo de lo más complejo y atormentado. Será él quien cuente su historia y
la de los otros dos personajes, mientras que en las siguientes, “Mantícora” y “El
mundo de los prodigios” estos se harán cargo de la narración aportándonos no
sólo nuevas perspectivas, sino también nuevos detalles y nuevos hechos. Por
eso, en este caso, leer sólo una de las novelas sería un ejercicio incompleto,
no suficiente para lograr captar todo lo que Davies nos quiere contar, ya que sólo
en la tercera podremos atar todos los cabos que han ido quedando sueltos en las
anteriores.
Los personajes que vamos a encontrar en “El
quinto en discordia” tienen caracteres poliédricos, pueden ser cualquier cosa
menos simples, lo que en el fondo quiere decir que están muy bien construidos, y
esto se puede aplicar tanto a los tres protagonistas como a un buen montón de
secundarios muy sólidos. No se trata aquí de desvelar la trama, pero sí se
puede apuntar que esta novela a grandes rasgos trata sobre la culpa,
justificada o no, y sobre la posibilidad de redención. Hay mucho más, por
supuesto, porque a Robertson Davies le encanta contar cosas y se le nota, pero todo
acabará siempre girando en torno a estas dos cuestiones.