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martes, 31 de enero de 2017

RESEÑAS DE LIBROS. "LA MEDITACIÓN Y EL ARTE DE LA JARDINERÍA" DE ARK REDWOOD (SIRUELA)


CÓMO DISFRUTAR DEL MOMENTO PRESENTE DESDE EL JARDÍN (GUÍA PARA PROFESIONALES, AFICIONADOS Y PASEANTES)
Ark Redwood, autor de "La meditación y el arte de la jardinería", es el jardinero jefe de Chalice Well, unos jardines absolutamente encantadores, situados al pie de la colina de Glastonbury. Este rincón del condado de Somerset (Inglaterra) tiene fama de mágico y misterioso, sobre todo por su vinculación desde hace siglos con la leyenda artúrica. Se cuenta que José de Arimatea llegó allí desde Jerusalén con el Santo Grial y construyó una iglesia para custodiarlo. También se lo asocia con las tumbas del rey Arturo y de la reina Ginebra, y con la mítica isla de Avalon, lugar adonde, tras su batalla con Mordred, fue llevado el malherido Arturo por su hermanastra (y bruja) Morgana. Allí descansa a su cuidado, y desde allí, según la leyenda, regresará de nuevo para volver a reinar sobre Inglaterra.
Lo que pretendo explicar con esta pequeña introducción es que Ark Redwood no es un jardinero cualquiera, sino el encargado del mantenimiento y conservación de unos jardines muy especiales, rodeados de leyenda, espiritualidad y misticismo a partes iguales y, por lo tanto, el autor ideal para un libro en el que se trata de la relación entre jardinería y meditación.
Lo primero que hace Redwood en la introducción es advertirnos de que las páginas que siguen no son un manual de jardinería ni nada parecido. Y hace bien, no solo para no defraudar a los que buscan algún tipo de guía en la materia, sino sobre todo para no asustar a los que, como es mi caso, no tenemos ni idea sobre el cuidado de plantas, pero sí sabemos apreciarlas como fuente de calma y símbolo vivo del fluir de la existencia.
Siguiendo el ciclo de la vida, “La meditación y el arte de la jardinería”, nos hace testigos de la actividad de un jardín y de su cuidador al ritmo de las estaciones del año. Empieza, claro, en primavera y acaba en invierno, que es la estación que simboliza la muerte, pero que en realidad no es otra cosa que el preámbulo del siguiente renacimiento. Aprovechando los cambios que se van sucediendo a lo largo del año, Redwood nos va a enseñar a vivir el momento presente; a trabajar concentrados; a disfrutar con lo que hacemos; a no hacer nada cuando no hay nada que hacer; a cuidar nuestras herramientas de trabajo; a respetar la tierra sobre la que vivimos animales y plantas; y también algunos ejercicios de meditación, aunque en realidad, todo lo anterior ya es meditación.
Así pues, esta tercera entrega de la estupenda colección “Tiempo de mirar” es una perfecta y muy coherente continuación de la segunda: “La meditación y el arte de cuidar abejas”. Las dos se estructuran en torno a los cambios que se producen a lo largo de las estaciones, y nos ayudan además a ver cómo fluye nuestra vida y la de todo lo que nos rodea. Por eso, la lectura de ambas tiene en nosotros idéntico efecto calmante y beneficioso. Y todo ello sin necesidad de ser ni apicultores ni jardineros.

miércoles, 16 de noviembre de 2016

RESEÑAS DE LIBROS. "EINSTEIN Y EL ARTE DE MONTAR EN BICICLETA" DE BEN IRVINE (SIRUELA)


CÓMO PRACTICAR LA ATENCIÓN PLENA SOBRE UNA BICICLETA PARA ACERCARNOS A ALBERT EINSTEIN

Con "Einstein y el arte de montar en bicicleta" inauguraba la editorial Siruela "Tiempo de mirar", una colección dedicada a la meditación y a la atención plena que ya cuenta con cuatro títulos y que es tan atractiva y está tan bien editada, que lo primero que uno hace es precisamente dedicar un buen rato a mirar los libros en sí, con sus cubiertas de excelente calidad, como las de antes, y sus guardas decoradas.

"Einstein y el arte de montar en bicicleta" nos ofrece una buena introducción al mundo de la atención plena, al de la bicicleta y a la personalidad del gran genio de la física del siglo XX. Lógicamente, el tamaño del libro no permite profundizar en ninguno de los tres campos. Tampoco lo pretende. Pero sí nos presenta de manera intercalada tres materias que, siendo aparentemente muy ajenas entre sí, se encuentran mucho más próximas de lo que podríamos pensar a priori.

De Einstein se nos destaca su creatividad intelectual y su capacidad de concentración como elementos clave del trabajo científico que llevó a cabo y que asombró al mundo. Se nos avanza además algo de su humanismo, y de su particular personalidad. Una filosofía de vida la suya donde el humor, la modestia y la amabilidad ocupan un lugar principal.

Desde el punto de vista del autor, montar en bicicleta nos puede ayudar a alcanzar muchas de las virtudes que caracterizaron a Albert Einstein. No sólo porque cuando pedaleamos llegamos a alcanzar un nivel extraordinario de concentración y ensimismamiento, que son los generadores de la creatividad, sino porque es además un medio de transporte amable con el medio ambiente y con los demás, que alcanza una velocidad a la medida del ser humano, y que no nos separa por medio de ninguna cabina del resto de las personas que nos encontramos en el camino, permitiéndonos así empatizar con ellas.

La bicicleta es también un vehículo modesto, que no invita a la presunción. Sirve para trasladarnos de un lugar a otro, pero no para considerarnos superiores a nadie. Y, además de ayudarnos a recuperar el contacto con lo que nos rodea, paisajes y gentes, nos permite sentirnos parte de la globalidad cuando dedicamos varios días, o quizá semanas o meses, a hacer cicloturismo por el mundo.

Visto el tratamiento que le da Irvine a la forma de ser y trabajar de Einstein, y al ciclismo, es ya fácil entender su relación con la atención plena y la meditación. Sobre todo si tenemos en cuenta que hay muchas formas de meditación y que la que se practica en movimiento es una de ellas.

Al final, cuando acabamos de leer "Einstein y el arte de montar en bicicleta", Irvine nos ha convencido. Estamos deseando acercarnos a cualquier librería para hacernos con un ejemplar de "Mi visión del mundo" de Einstein. Pero no acercarnos de cualquier modo, sino despacio, concentrados y disfrutando del momento presente. O sea, en bicicleta, por supuesto. No se le puede pedir más a un libro como éste.

miércoles, 31 de agosto de 2016

RESEÑAS DE LIBROS. "LA MEDITACIÓN Y EL ARTE DE CUIDAR ABEJAS. UNA FORMA DE VIVIR" DE MARK MAGILL (SIRUELA)


UNA PEQUEÑA JOYA QUE NOS ENSEÑA A VIVIR AL RITMO DE LA NATURALEZA
Se puede asociar la meditación casi con cualquier circunstancia de la vida, con cualquier actividad cotidiana, sea cual sea su naturaleza, desde descargar un camión o fregar los platos hasta conducir o dar un simple paseo. Partiendo de esta base, hay que reconocer que el cuidado de las abejas, como ocurre con la propia agricultura, se encuentra especialmente cerca de la actitud meditativa porque está relacionada con la respiración del planeta, con sus estaciones, su temperatura, sus fenómenos atmosféricos y, sobre todo con la simbiosis entre seres humanos y naturaleza. En el caso de la apicultura, lo que se ofrece a las abejas es cobijo, cuidado y protección a cambio de parte de la miel de la colmena. Es verdad que la relación es algo desequilibrada, si tenemos en cuenta, como se nos dice, que para conseguir 450 gramos de miel, las abejas de una colmena han tenido que hacer dos millones de visitas a las flores de su entorno. Aun así, pese a la disparidad de esfuerzos, hay en la apicultura una armonía con el ritmo de la naturaleza que le viene muy bien a la meditación.
En cuanto a la estructura de “La meditación y el arte de cuidar abejas”, el escritor y periodista Mark Magill va alternando con bastante habilidad su propia experiencia como apicultor con notas a modo de manual sobre la meditación; abundante información sobre las abejas y su comportamiento; así como citas de poetas, novelistas, dramaturgos, naturalistas y maestros espirituales en torno a las abejas y a la meditación. La pauta que ordena los textos es la de las estaciones del año. Se empieza, como en el año romano, en primavera y se acaba en invierno. Toda una metáfora de la vida.
Lo verdaderamente inesperado en este libro es que las lecturas que producen de verdad sosiego, los textos que más nos acercan al espíritu de la meditación, no son los dedicados a explicarnos cómo meditar, ni las citas de los maestros, sino los que describen el comportamiento de las abejas y las actividades del apicultor a lo largo de las estaciones.
Para concluir, me gustaría destacar la espléndida edición de esta nueva colección de Siruela dedicada a la atención plena (“Tiempo de mirar”), con unas cubiertas de esas que da gusto tocar y unas preciosas ilustraciones en las guardas y en los inicios de cada estación del año. Como siempre decimos, éste es el camino para evitar que el libro electrónico sustituya al de papel, algo que, por cierto, cada vez parece más improbable.