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sábado, 28 de marzo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. "EL DILEMA DE PROUST O EL PASEO DE LOS SABIOS" DE JAVIER MINA (BERENICE)


"El dilema de Proust" recoge una exhaustiva historia del paseo en su relación con el arte y sobre todo con la literatura, desde casi el origen de la humanidad hasta nuestros días. Se divide en dos partes, “Hacia el paseo”, que aborda el estado de la cuestión en la Grecia Clásica, el Imperio Romano, la Edad Media y el Renacimiento, y que es en mi opinión la menos interesante, precisamente porque el concepto de paseo no existía entonces tal y como se entendió a partir de la Ilustración. En realidad, lo que se nos cuenta aquí, con abundantísima documentación como en el resto de la obra, son los motivos sociales, culturales e incluso físicos por los que el paseo moderno no pudo ser posible entonces.

Es en la segunda parte, “El paseo incluso como arte”, donde yo he disfrutado de verdad  siguiendo los pasos de Stendhal; de los románticos ingleses, franceses y alemanes; de Baudelaire y Flaubert; con el análisis del paseo de Bloom en “Ulises” de Joyce o recordando esa obra tan pintoresca de la literatura francesa que es “Le pieton de Paris” de Léon-Paul Fargue.

El capítulo dedicado a los paseos y derivas de surrealistas, dadaístas y situacionistas resulta muy esclarecedor. También las mujeres caminantes tendrán su capítulo, así como los artistas plásticos, con especial mención al arte de la calle. El resto del siglo XX quedará dividido, siguiendo el dilema de Proust, entre los autores que escogen el camino de Swann, y los que optan por el lado de Guermantes, o dicho de otra forma, lo literariamente primario y lo metaliterario.

Lo mejor de “El dilema de Proust” es que cuando se llega a la última página, no sólo se sabe mucho más de lo imaginable sobre el paseo, su historia y su relación con la literatura y el arte, sino que además a uno le han entrado ganas de releer, o de descubrir por primera vez, un buen montón de clásicos de todos los tiempos.

No deja de ser curioso que coincidan estos días en las librerías varios libros acerca del caminar, de la simple, o no tanto, acción de andar. Aparte de "El dilema de Proust o el paseo de los sabios" de Javier Mina, se me ocurren casi a vuela pluma "Elogio del caminar" de David Le Breton, "Andar. Una filosofía" de Frederic Gros, "Wanderlust. Una historia del caminar" de Rebecca Solnit o el clásico "Caminar" de Thoreau. Traeremos por aquí también alguno de ellos. En cualquier caso, parece que algo debe de estar pasando para que de repente, en el espacio de unos pocos meses, varias editoriales apuesten por esta tradicional, barata y ecológica forma de desplazamiento.

domingo, 15 de marzo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “EL JUEGO SIGUE SIN MÍ” DE MARTÍN CASARIEGO (SIRUELA)


REGRESO A LA JUVENTUD DESDE LA MADUREZ Y LA MELANCOLÍA

Desde “Qué te voy a contar” (1989), su primera novela, hasta “El juego sigue sin mí” (2015), la última, han pasado muchos años (26) y supongo que muchas cosas en la vida del autor y también en las de sus lectores de entonces. Casariego ya no cuenta con la misma frescura, y es normal. Si con cincuenta y dos años sigues escribiendo como lo hacías a los veintisiete, está claro que tienes un problema. Casariego no lo tiene. Ha evolucionado, tiene más oficio, ha madurado y, claro, la alegre frivolidad, la ingenuidad divertida e inteligente de “Qué te voy a contar” se ha tornado en cierta melancolía (también inteligente y hasta divertida) que a veces puede resultar un poco amarga o desencantada. Comparo estas dos novelas porque tienen mucho en común, el amor, la amistad, la juventud, la iniciación…, aunque la perspectiva ha cambiado. En “El juego sigue sin mí” un narrador de veinte años nos cuenta una historia de cuando tenía catorce, pero es imposible no ver al escritor maduro y agitado por la vida detrás de la supuesta juventud del narrador. En “Qué te voy a contar” narrador y escritor eran ambos muy jóvenes, eso les otorgaba quizás mayor autenticidad, pero también menor profundidad en el tratamiento de la historia.

Por otra parte, no es difícil identificar al hermano del autor, el poeta Pedro Casariego Córdoba (PeCasCor), o su idealización, o su sombra, tanto en la figura del joven profesor particular, como en la del “amigo” del que no para de hablar. Los dos personajes vendrían a ser las dos caras de una misma moneda. Y es entonces cuando, haciendo algo de psicología de medio pelo, uno tiene la sensación de que ésta es la novela que Martín Casariego llevaba de alguna manera dentro desde que su hermano murió (1993) y que sólo ahora parece haber sido capaz de escribir.

Por todo lo anterior, uno acaba teniendo la sensación de que, a pesar de los móviles y las redes sociales y otros detalles contemporáneos, esos personajes son más del siglo XX que del XXI y, la verdad, no veo qué puede tener de malo. Si acaso, la necesidad de tratar de ocultarlo.

Por lo demás, mucho ingenio, estupendos diálogos y todas las demás virtudes del estilo de Martín Casariego.

jueves, 12 de marzo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “ANDANZAS DEL IMPRESOR ZOLLINGER” DE PABLO D'ORS (IMPEDIMENTA)


UNA FÁBULA MORAL Y LUMINOSA DEL HERMANN HESSE ESPAÑOL

Ahora que Pablo D'Ors ha consolidado su carrera literaria con un buen número de estupendas novelas y un ensayo superventas como "Biografía del Silencio", conviene detenerse un momento para volver a alguna de sus primera obras y descubrir que el germen de lo que ahora leemos y tanto nos conmueve ya estaba presente desde el principio. Y así llegamos a "Andanzas del impresor Zollinger", una novela corta editada en 2003 por Anagrama y reeditada diez años después por Impedimenta, que podría servir como ejemplo de ese tipo de literatura que tanto reivindica Pablo d'Ors y que él mismo califica como "literatura luminosa" o "literatura de la luz".

August Zollinger, el protagonista de sus propias andanzas, ha nacido con una vocación, la de ser impresor. Ese es el trabajo que le apasiona y al que quiere dedicar su vida. Sin embargo, las circunstancias no le favorecen y debe recorrer diversas ciudades para poder ganarse la vida con los trabajos, siempre modestos, que le van saliendo aquí y allá. Y es precisamente en la modestia de estos trabajos donde August demuestra que, a pesar de su juventud, ya es un hombre sabio, porque en su fuero interno sabe que no hay trabajos mejores y peores sino trabajos bien y mal ejecutados. Por eso, sea cual sea la labor que le encomienden, él se esfuerza en llevarla a cabo de la mejor manera posible recibiendo a cambio la satisfacción propia, y a veces ajena, por las cosas bien hechas y, al tiempo, la tranquilidad de espíritu. Ésta es la luz de la que habla Pablo d'Ors, la que ilumina a las personas ejemplares que, por su sencillez, no suelen llamar la atención.

El editor califica a esta novela como fábula moral, y efectivamente lo es, no sólo por su apuesta por el trabajo bien realizado, sino por el repaso que da en tan breves páginas a las otras fuentes de satisfacción para el ser humano: el amor, la amistad, el compañerismo o la soledad cuando es buscada.

También se refiere el editor a los ecos que resuenan en ella de Kafka, Walser, Hesse y Kundera, puede ser. De hecho, tanto Kafka como Hesse y Kundera son tres de los autores favoritos de Pablo d'Ors. Y quizás también Walser, no lo sé. Yo a quien veo sobre todo en esta novela es a Hesse, por su carácter moral, pero también por su condición de novela de aprendizaje, casi de guía vital para el joven que empieza. Aunque hay algo que d'Ors tiene y que a Hesse le falta, y es el sentido del humor. Todo el texto está salpicado de comentarios o escenas llenas de humor como el juego de seducción en conversaciones telefónicas de cinco segundos o el proceso de estampado de sellos en el ayuntamiento que a mí no deja de recordarme a la famosa escena de las tuercas de Chaplin en “Tiempos Modernos”.

Y la edición, impecable, claro, como acostumbra Impedimenta. Ese juego de diseño entre la sobrecubierta y la cubierta, el papel tipo verjurado de la sobrecubierta, el tipo de letra, el uso del bicolor negro y rojo en portadilla y portada… En fin, toda una reivindicación del libro de papel frente al electrónico.

lunes, 9 de marzo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “SOY TU PRÍNCIPE AZUL, PERO ERES DALTÓNICA” DE PACO CABALLERO, MIKI ESPARBÉ Y MAR GUIXÉ (EDITORIAL BRIDGE)


RESUMEN VISUAL Y APRETADO DE TODO EL CONOCIMIENTO UNIVERSAL SOBRE LAS RELACIONES DE PAREJA (EXAGERANDO UN POQUITO)


“Soy tu príncipe azul, pero eres daltónica” es un libro muy divertido ya desde el título, pero si yo fuera librero, me costaría decidir en qué sección colocarlo. Porque no es una novela, no es un ensayo, no es un cómic, no es un libro de autoayuda, pero al mismo tiempo incluye un poco de todo eso y mucho más. Veamos, incluye una historia romántica, una guía para ser moderno, una guía para no ser moderno, un glosario de expresiones  imprescindibles, una lista de grandes mentiras universales, un apartado de teorías comparadas, una lista de requisitos indispensables para una relación duradera, el resumen de un amor platónico en cifras, dos test, los diez mandamientos para “petarlo” muy fuerte, una clasificación de peinados, barbas y bigotes, una lista de lo que debe incluir cualquier fiesta “retro”, las cinco fases del despecho, el resumen de una relación estable en cifras… En fin, exagerando un poco, se podría decir que “Soy tu príncipe azul, pero eres daltónica” es un resumen visual y apretado de todo el conocimiento universal sobre las relaciones de pareja.

En cuanto al formato, pues no se trata ni de una serie de textos ilustrados ni de un conjunto de dibujos comentados. Puedes llamarlo novela gráfica si quieres, por aquello de que bajo esa bandera cabe todo. En este caso, las palabras y las imágenes se mezclan entre sí de tal manera a través de la maquetación de cada página, que cuesta trabajo averiguar dónde empiezan unas y acaban las otras. Hablamos de escritura, dibujo y diseño gráfico brillantes y unidos a fuego para siempre. Hay muchas horas de trabajo metidas en este libro y se nota. Muy recomendable.


sábado, 7 de marzo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. EL ATLAS DE LAS NUBES DE DAVID MITCHELL (DUOMO EDICIONES)


UNA ESTRUCTURA ARRIESGADA Y SOBERBIA PARA SOSTENER UNA OBRA MAESTRA

En las novelas, ya se sabe, la estructura es fundamental. Debido a su tamaño, necesitan, mucho más que los cuentos, de un buen entramado interno para que el resto de los elementos se pueda sostener sobre él. En “El atlas de las nubes” está estructura es sencillamente magistral, arriesgada y soberbia a la vez. En la primera mitad, David Mitchell deja sin acabar siete relatos consecutivos que se desarrollan en varios momentos de la historia más o menos reciente (siglo XIX, años 30 y 70 del siglo XX, comienzos del XXI) y en un futuro no muy lejano, quizás dentro de 150 o 200 años, hasta llegar a la cúspide de una pirámide temporal que él sitúa en un futuro ya más remoto y catastrófico. A partir de entonces vuelve en sentido inverso a sus historias pendientes (futuro no muy lejano, comienzos del siglo XXI, años 70 y 30 del siglo XX, siglo XIX) para ir cerrándolas.

Los enlaces entre las distintas épocas y también los vehículos narrativos son las diferentes fuentes de información que van sobreviviendo el paso del tiempo para llegar a manos u oídos de algún personaje del siguiente periodo narrado (un diario, una colección de cartas, un manuscrito, una memoria artificial y la más primitiva tradición oral). Además, según la época y las necesidades del relato, David Mitchell juega con multitud de géneros (literatura marina, negra, de aventuras, ciencia-ficción distópica, post apocalíptica…).

Como podéis ver, el esfuerzo de estructura es inmenso, pero muy logrado también. Y le sirve a David Mitchell para hablarnos de la naturaleza humana y su insaciable codicia, de su ambición desmedida y autodestructiva. En cada uno de los relatos encadenados podemos contemplar el lado más oscuro de la humanidad y la manera en que casi inevitablemente nos va conduciendo al colapso. Aunque la idea principal, estimulante e inquietante a la vez, que sobrevuela toda la novela y que justifica de verdad su original estructura, es ésta: la infinidad de pequeñas decisiones de cada una de las personas que formaron parte de las generaciones que nos precedieron, nos han traído hasta aquí, de la misma forma que las nuestras marcarán de alguna manera la forma de vida de las generaciones futuras. Nuestros ancestros están en nosotros igual que nosotros seguiremos presentes en nuestros descendientes.

“El atlas de las nubes” es una obra maestra y diferente, que proporciona muy buenos momentos de lectura placentera. Eso sí, tiene 600 páginas. Aseguraos de disponer de un periodo más o menos tranquilo para poder leerla con la regularidad que precisa.

Hace poco, en 2012, se adaptó “El atlas de las nubes” al cine. No la he visto, pero me cuesta mucho entender cómo han podido llevar esta novela al cine. No me parece tarea fácil.