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domingo, 27 de febrero de 2022

RESEÑAS DE LIBROS. "1280 ALMAS" DE JIM THOMPSON (RBA)


AVENTURAS DE UN DON JUAN LERDO Y MAQUIAVELO DE PACOTILLA EN LA AMÉRICA PROFUNDA


Le tenía ganas a esta novela desde hace muchos años. Me miraba desde la estantería en su edición de pasta dura de la estupenda colección de novela negra, Clásicos Gimlet (Editorial Diagonal). Y por fin la he leído, con sensaciones ambivalentes, todo hay que decirlo. En la parte buena de la balanza destaco ese lenguaje coloquial, tosco, malsonante, que parece un personaje más en sí mismo; el protagonista, ese sheriff lerdo, donjuan inesperado y maquiavelo de pacotilla; la atmósfera espesa de una población pequeña de la América profunda, con sus personajes secundarios tan en la línea de la película (y serie) Fargo. Todo esto hace que merezca la pena, y mucho, leer esta novela, que es ya un clásico.

Lo peor de 1280 almas no supera a todo lo anterior, pero sí que lastra la historia. Y es una estructura de trama bastante simple y (esto es lo peor) muy reiterativa, que no ayuda a que la historia avance con agilidad, más bien al contrario, la bloquea y espesa como cuando metes los pies en un barrizal profundo por el que te cuesta mucho andar. Ahora que lo pienso, a lo mejor de eso se trata, de incidir en la atmósfera opresiva y claustrofóbica del relato. Podría ser. Quizás Jim Thompson ha dado prioridad a esto por encima de la agilidad narrativa.

Le había puesto tres estrellas, pero después de leer mi propia reseña, le añado otra.

domingo, 20 de febrero de 2022

RESEÑAS DE LIBROS. "LA VIE SECRÈTE DES ÉCRIVAINS" DE GUILLAUME MUSSO (LE LIVRE DE POCHE).

 


TRAMA ARTIFICIOSA, FORZADA E INVEROSÍMIL. ESTILO AMENO, ÁGIL Y CORRECTO.

Esta es la primera novela que leo de Guillaume Musso, y tengo que decir que me ha defraudado en la trama, y sin embargo, me ha sorprendido favorablemente en el estilo. Musso escribe best sellers, cosa muy respetable y estupenda desde el punto de vista de su cuenta corriente. Lo que pasa es que un best seller puede fallar en todo menos en la trama. De este tipo de novelas esperamos que sea impecable, con sus giros de trama, sus nudos, tramas paralelas, y todos los demás complementos que hacen que los lectores se enganchen a su lectura. Pero, ay, a esta novela lo que le falla es justo eso, la trama. Resulta artificiosa, forzada, inverosímil, llena de casualidades improbables. En fin, una trama que no resulta digna de un escritor ya experimentado como entiendo que es Guillaume Musso.


Por el contrario,sí me ha gustado mucho su estilo, ameno, ágil, correcto. Por ahí, nada que reprochar.


Creo que daré una segunda oportunidad a Musso con otra novela, pero no sé muy bien cuál elegir, la verdad. Será la que me haga seguir leyéndolo o lo descarte para siempre.

viernes, 25 de noviembre de 2016

RESEÑAS DE LIBROS. "FALCÓ" DE ARTURO PÉREZ REVERTE (ALFAGUARA)


ENTRETENIDÍSIMA. EN LA LÍNEA DE LAS MEJORES NOVELAS DE ESPÍAS DE LOS AÑOS 30 DEL SIGLO XX.
Pérez Reverte es el gran escritor de novelas de aventuras de finales del siglo XX y principios del XXI. No sólo en España, donde prácticamente no tiene competencia, sino en el resto del mundo. En su género, es uno de los grandes. Ya sólo por su serie del Capitán Alatriste merecería ser leído por las próximas generaciones, también por algunas de sus novelas más aventureras. Está claro que le tiene bien cogido el tranquillo a este tipo de literatura.
Ahora, con "Falcó", nos presenta un nuevo personaje y lo que sin lugar a dudas será la primera novela de su nueva serie. En este caso, abandona la España del Siglo de Oro para ocuparse de los turbulentos años 30 de nuestro país y más concretamente, al menos por ahora, de nuestra Guerra Civil. Lo hace siguiendo los pasos de un agente secreto que trabaja por dinero y sin ninguna vinculación ideológica. De esta manera, Pérez Reverte se libra de la necesidad de colocar a su personaje en alguno de los dos bandos (aunque trabaje de hecho para uno de ellos) y por tanto, también de la obligación de tener que justificar la adscripción ideológica del personaje, con el consiguiente peligro de politizar en exceso lo que no deja de ser una novela de aventuras.
Que Pérez Reverte haya creado un protagonista mercenario, cínico y descreído, y que haya evitado con mucha habilidad escribir una novela política, no le ha impedido recrear con maestría el ambiente de guerra que debió de vivirse en ambos bandos. Los escenarios principales de la novela, Salamanca y Cartagena, son descritos con enorme perspicacia, al igual que la vida cotidiana de la retaguardia.
Y luego están las escenas de acción, su especialidad. Como siempre, impecables. Perfectamente narradas. Pérez Reverte agarra al lector por el cuello, lo introduce en medio de la escena, y no le da respiro hasta que decide sacarlo de ella. Acción, violencia, suspense, intriga, también amor, son elementos indispensables en una buena novela de aventuras y aquí no falta ninguno.
Durante la promoción de esta novela, Pérez Reverte ha intentado explicar, o más bien demostrar, que Lorenzo Falcó y Diego Alatriste son dos personajes muy diferentes, quizás porque él sabe que no están tan lejos. Ambos llevan ya una larga vida de acción detrás y han visto demasiadas cosas desagradables, por eso los dos son muy descreídos, y trabajan por dinero y no por un ideal. Puede que Alatriste sea más romántico que Falcó, aunque éste también tiene su punto de, llamémoslo, romanticismo. Además, los dos se rigen por un código ético propio al margen de las normas establecidas, si bien es verdad que el de Alatriste se fundamenta en el honor, mientras que de Falcó es más difuso. No es una persona moral, más bien al contrario, pero sí se ciñe a sus propios principios profesionales y hay límites que no le gusta traspasar.
En definitiva, Pérez Reverte ha logrado una novela muy entretenida, en la línea de los mejores títulos de espías de los años 30 del siglo XX, pero dotándola de su propio estilo y abordándola desde la perspectiva de sus preocupaciones personales, esas que su lector habitual ya conoce sobradamente. Esperamos impacientes el siguiente título.

viernes, 5 de febrero de 2016

RESEÑAS DE LIBROS. "EL CAMINO QUE ATRAVIESA EL BOSQUE" DE COLIN DEXTER (PLAZA Y JANÉS)




SE LEE CON INTERÉS Y SE PASA UN BUEN RATO, PERO NADA MÁS

Según contaba Javier Marías en uno de sus artículos, las novelas del escritor británico Colin Dexter eran de las favoritas de su padre, el filósofo Julián Marías. Aunque el escritor reconocía no haberlas leído, por no ser muy aficionado al género policiaco (a diferencia de su padre), sin embargo, sí elogiaba tanto la serie de televisión basada en ellas, “Morse” (nombre del inspector de policía protagonista), como otra serie, “Lewis”, que, si bien ya no adaptaba ninguna de sus obras, sí tomaba prestado a uno de sus personajes, el sargento Lewis (convertido ya en inspector), para desarrollar nuevas tramas detectivescas, manteniendo el ambiente “british” de la serie original.

Con estos antecedentes, navegué por internet a la caza y captura de las novelas de Colin Dexter traducidas al español, y la verdad es que no resultó tarea fácil encontrarlas a un precio aceptable porque están todas descatalogadas. Si vamos a eso, tampoco sus series para la televisión son demasiado accesibles para el espectador español, ya que sólo se encuentran en inglés subtituladas en inglés. Cuando por fin logré hacerme con algunos títulos en una librería especializada, me sentí como el descubridor del arca de la alianza y me zambullí de inmediato en la lectura de uno de ellos, “El camino que atraviesa el bosque”.

Como os podéis imaginar, tanta búsqueda y tanta expectativa, lo más probable es que acabe por conducir, en mayor o menor grado, a algún tipo de decepción. Y así fue. El ambiente de la novela es desde luego muy británico, tanto que se desarrolla en los alrededores de Oxford. Sin embargo el propio Morse, al que algunos comparan con el comisario Maigret, me parece un personaje algo plano. Alcohólico, taciturno, pagado de sí mismo, inteligente, enamoradizo, solitario, pero sin matices, sin que despierte mucho interés en sí mismo, al margen de su papel como canalizador de la intriga. No creo que tenga como personaje la riqueza del mencionado comisario francés. Tampoco su ayudante lo mejora. El propio Watson, al que Conan Doyle no presta demasiada atención, me parece que cuenta con más envergadura literaria que este Lewis.

Por otra parte, la trama es tan enrevesada como para hacer que la verosimilitud, al menos la mía, se resienta. Demasiado giro, excesivas curvas, demasiada complejidad para ser verdad. Todo ello, además, en manos de un novelista, digamos normal (o sea, no un genio literario), acaba produciendo muchos desequilibrios en la historia: personajes que parecen importantes y después se abandonan; fragmentos del diario del supuesto asesino, que se comienzan intercalando en la trama y de pronto se olvidan; o avances en la investigación no del todo explicados por muy inteligente que pueda ser el inspector Morse.

Hay además a lo largo de toda la novela un constante matiz sexista, por no decir directamente machista, en el tratamiento de los personajes femeninos que puede resultar algo molesto al lector actual. En ese sentido, parece más una de esas novelas mal envejecidas de los setenta, como las de Trevanian, por ejemplo, que una novela de mitad de los noventa como es ésta.

Y eso que la historia es curiosa, incluso ingeniosa, pero me parece que habría precisado de un escritor de más talento para llevarla adelante con acierto. A pesar de todo, se lee con interés y se pasa un buen rato, pero nada más. Al final, he acabado entendiendo por qué no se han reeditado los títulos que en su momento publicó Plaza y Janés. A lo mejor no merecen tanto la pena.

domingo, 13 de diciembre de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. "TIEMPOS DE HIELO" DE FRED VARGAS (SIRUELA)


EL UNIVERSO HABITUAL DE FRED VARGAS SAZONADO CON ISLANDIA Y ROBESPIERRE.

Para los que nos gusta la literatura policíaca, pero estamos un poco harto del esquema "crimen – investigación – resolución", Fred Vargas es sin duda nuestra autora. No porque prescinda de la estructura clásica, que no lo hace, sino porque, como les ocurre a los autores más interesantes del género (desde Simenon, por ejemplo, hasta el recientemente fallecido Mankell, que también edita Siruela), siempre ofrece mucho más. En las novelas de Vargas, como en las de los mencionados, la trama detectivesca tiene un papel importante, pero no primordial, la investigación debe compartir protagonismo con otros muchos elementos que resultan tan atractivos o más que la propia búsqueda del asesino.

Tiempos de hielo es la undécima entrega de las aventuras del comisario Adamsberg, por lo que a los fieles seguidores de Fred Vargas hay poco que explicarles a estas alturas acerca de su universo humano habitual, pero sí convendría informar a los recién llegados que el grupo de investigación que dirige el comisario Adamsberg es uno de los más pintorescos y extravagantes de la literatura policiaca. Tenemos al policía experto en peces; al que alterna periodos de sueño y de vigilia de tres horas (respetados religiosamente por sus jefes y compañeros); al inspector cuya memoria prodigiosa lo convierte en un erudito en casi todos los temas; a una mujer de físico descomunal, que es con diferencia, la más fuerte de todo el equipo; y, por supuesto, al propio Adamsberg, de personalidad melancólica e introvertida, que aplica a sus investigaciones mucha más intuición que técnicas deductivas. Hay también un vecino del comisario, un viejo exiliado español, cuyas cervezas y lacónicos consejos, ayudan muchísimo al avance de la investigación.

Por supuesto, resulta prácticamente imposible encontrar este tipo de policías en las comisarías reales, y mucho menos, concentrados en una sola, pero este ataque directo a la verosimilitud no nos saca de la historia sino que nos hace disfrutar más todavía de ella. Siempre que entremos en el juego de Vargas, claro.

En Tiempos de hielo, junto a los atractivos habituales de la serie, encontramos otros dos ya propios de esta novela, una subtrama gélida que se desarrolla en Islandia y un fascinante club de admiradores de Robespierre que han conseguido despertarme un renovado interés por la revolución Francesa y sus principales personajes. Los buenos libros siempre te llevan a otros.

viernes, 25 de septiembre de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “NOS VEMOS ALLÁ ARRIBA” DE PIERRE LEMAITRE (SALAMANDRA)


UNA NOVELA MUY DIGNA, PERO NO UNA OBRA MAESTRA.

Todos tenemos en la cabeza algunas novelas memorables sobre la Primera Guerra Mundial, Sin novedad en el frente de Remarque, Adiós a las armas de Hemingway, Los cuatro jinetes del Apocalipsis de Blasco Ibáñez, Senderos de Gloria de Humphrey Cobb o Tempestades de acero de Ernst Jünger. Sobre la posguerra y sus consecuencias para los soldados supervivientes, ya no se me ocurren tantas, sólo una, aunque casi valdría por todas las anteriores: Johnny cogió su fusil de Dalton Trumbo.
Nos vemos allá arriba, publicada “casualmente” en vísperas del centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, viene a sumarse a este grupo de novelas de posguerra. A las primeras cincuenta páginas de pura narración bélica, muy buena además, le siguen otras quinientas cuya acción se desarrolla tras el armisticio de 1918. Porque ésta no es una historia de guerra, sino más bien una novela negra, especialidad de Pierre Lemaitre, que se desarrolla inmediatamente después del conflicto; el relato de una gran estafa económica, que es también una protesta amarga y algo cínica contra esos valores patrióticos que se desbordaron durante los primeros años de la posguerra en Francia.
La novela es muy digna, aunque no una obra maestra. Su estilo, verdaderamente clásico, nada rompedor, resulta ágil y muy bien adaptado a la historia. Hay mucho oficio en “Nos vemos allá arriba”, mucha experiencia, pero poca genialidad ¿Merecía el premio Goncourt? Y por qué no, los premios son lo que son, y su nivel también depende de las otras obras en competición, en este caso, el resto de las novelas publicadas en lengua francesa del 2013. En la lista de premiados de la historia de los Goncourt ocurre como en la de los Nobel, que hay de todo.

En fin, una buena historia sin más, narrada con oficio y bastante entretenida. Eso sí, el final, muy espectacular desde luego, es tan artificial como poco verosímil. La justicia poética es lo que tiene.

miércoles, 27 de mayo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “EL GRAN RELOJ” DE KENNETH FEARING (RBA. SERIE NEGRA)


UNA TRAMA TAN PERFECTA QUE FUNCIONA CON LA PRECISIÓN DE LAS PIEZAS ENGRASADAS DE UN RELOJ SUIZO

Nada más empezar a leer esta novela descubrimos algo asombrados que el ambiente y los personajes de la serie “Mad men” ya estaban ahí en los años cuarenta, dos décadas antes de la época en que se desarrolla la mítica serie. Ya estaban las grandes empresas editoras de revistas, las de publicidad, la gran ciudad, los barrios residenciales, los ejecutivos, sus compañeros de oficina, sus amantes, sus fieles esposas, el alcohol, los bares, en fin, todo. Así que se encuentra uno tan tranquilo leyendo lo que parece una historia costumbrista más cuando, de repente, en unos pocos días, la vida del protagonista da un giro radical y se desliza (y nosotros con él) por una trama frenética que es ya como una montaña rusa que podrían haber diseñado a partes iguales Patricia Highsmith y Alfred Hitchcock. A partir de entonces, preocupados y muertos de curiosidad por lo que le vaya a ocurrir al protagonista, no podemos hacer otra cosa más que pasar páginas y páginas sin descanso hasta llegar a la última.

En la contraportada del libro se nos dice que “El gran reloj” está considerada como una de las mejores novelas negras jamás escritas. Esa frase se utiliza muy a menudo y casi siempre en vano. Sin embargo, en esta ocasión la suscribo con entusiasmo. “El gran reloj” es una obra maestra sin discusión. Sus puntos de vista múltiples (los personajes más importantes son los consecutivos narradores en primera persona), que no sea importante el habitual “quién lo hizo”, que no haya detectives o policías de por medio,… Todo contribuye a la originalidad de esta novela negra perfecta. Y en tan solo 188 páginas, no le hacen falta más a su atípico autor para rematar su espléndida historia y hacernos disfrutar como locos.

¿Qué por qué atípico? Pues porque Kenneth Fearing fue sobre todo un poeta, considerado como el mejor de su generación, la de la Gran Depresión, así que escribió casi tantos libros de poemas como novelas. No deja de ser curioso que no sea más conocido entre nosotros, o incluso que lo sea más como poeta en Estados Unidos que como novelista a pesar de haber escrito una joya como “El gran reloj”.

Lo que no me gusta tanto es el título. No hace referencia a ningún aspecto concreto de la trama, sino a una especie de engranaje invisible, que se menciona varias veces en el texto, y que hace girar el destino de las personas hacia el triunfo o hacia la catástrofe. Desde mi punto de vista, a lo que en realidad debería referirse es a esa trama tan perfecta que funciona con la precisión de las piezas engrasadas de un reloj suizo.

sábado, 31 de enero de 2015

ACABO DE LEER... "EXPEDIENTE BAGDAD" DE JOAN CAÑETE BAYLE Y EUGENIO GARCÍA GASCÓN (SIRUELA)



Todas las buenas novelas policíacas contienen varios planos de lectura. Por lo general suelen incluir la recreación de un país, una ciudad o una época, una sólida construcción psicológica de los personajes, una cuestión moral de mayor o menor calado y, por fin, el mero pasatiempo detectivesco. “Expediente Bagdad” es una magnífica novela policíaca y por eso se puede analizar a través de sus capas narrativas.

Cuando queremos acercarnos a una determinada época o país, casi siempre la manera más directa de hacerlo (aparte de haber estado allí, claro) es a través de la novela. La ficción nos permite vivir las experiencias de los demás de una forma mucho más intensa que los ensayos, los libros de viajes (salvo los muy buenos) o incluso los reportajes o documentales. En este sentido, “Expediente Bagdad” nos acerca al Bagdad de los últimos días del régimen baazista con una lupa que produce escalofríos. A través de ella vemos los bombardeos cada vez más cercanos, las amenazas de represalias y venganzas, el desmoronamiento del poder establecido, los saqueos, el miedo, el vértigo de una cotidianidad que desaparece día a día a cambio de la pura incertidumbre. En definitiva, vemos desde dentro el horror de una ciudad cercada y a punto de ser tomada por las tropas enemigas. En este caso es el Bagdad de abril de 2003, pero podría ser también cualquier otra ciudad en guerra de la historia.

En cuanto a los personajes, están todos muy bien perfilados, pero impresiona especialmente el retrato profundo del doctor Rashid Al Said, un hombre de marcado carácter intelectual, admirador de Nietzsche y represaliado por el propio régimen al que pertenece, pero por encima de todo, una buena persona con un alto sentido de lo justicia que, precisamente por eso, no encaja bien en ningún lado.

Aunque el punto fuerte de la novela está en las cuestiones de orden moral que aborda. Por lo general, en una novela policíaca, un crimen rompe el orden social establecido y una investigación posterior trata de repararlo descubriendo al culpable para que sea castigado. Lo insólito en esta novela es que los crímenes que en ella se cuentan no rompen el orden social porque ya está previamente quebrado por la guerra y el derrumbamiento del régimen; el investigador ya no puede reparar ese orden social roto por el crimen porque no tiene capacidad para ello, porque, como policía, ya no representa al Estado que en ese momento se está disolviendo. Lo único en lo que puede ampararse para justificar su investigación es en el concepto universal de justicia, lo que pasa es que cuando esa justicia no está articulada dentro de una legislación, se acerca peligrosamente a la venganza. Pero, ¿cuál es la alternativa? ¿Dejar impune el delito?

Y por supuesto, ligando todos los aspectos anteriores, tenemos la mera peripecia detectivesca, que está muy bien, pero que, como ocurre en las mejores novelas policíacas, no es ni mucho menos lo más importante.

domingo, 23 de noviembre de 2014

ACABO DE LEER… “EL CLUB DE LOS ESTRELLADOS" DE JOAQUÍN BERGES (TUSQUETS)


Qué estupenda primera novela. Empecé a conocer la obra de Berges por la segunda, "Vive como puedas" y me gustó, pero reconozco que ésta me parece todavía más redonda y, de alguna forma, más cuidada, aunque las dos están muy bien. En "El club de los estrellados" hay de todo; empieza como novela costumbrista, psicológica después, y poco a poco se le van uniendo elementos románticos, eróticos y criminales hasta que se convierte en una perfecta novela negra con la presencia de todas sus características canónicas. A ellas hay que añadir además un sutil sentido del humor que el lector agradece muchísimo para moderar en algunos momentos la intensidad de lo que se nos cuenta. En "Vive como puedas" hay también mucho humor, más que en ésta, pero prefiero la forma en que lo utiliza aquí, con delicadeza, sin exceso, limitándose a suavizar con él la crudeza de la trama.

"El club de los estrellados" no es sólo una buena novela, también es una novela compasiva y luminosa en el sentido literario en que utilizaba ambos términos el escritor español Pablo D'Ors en una entrevista reciente:

"Para mí esta visión compasiva, o piadosa en el mejor sentido de la palabra, me parece de una gran sabiduría. Y esto lo saco a colación porque casi todos los escritores son escritores de la oscuridad. Cioran o Bernhard, que hemos citado, o el propio Pessoa, aunque Pessoa tiene alguna cosa un poco más luminosa. Pero poquísimos escritores son escritores de la luz. Los puedes contar con los dedos de la mano. Y en cambio yo me siento llamado a ser un escritor luminoso, y eso no significa ser un escritor ignorante de la oscuridad. Pienso que la luz es más difícil de ver que la oscuridad, pero no porque no exista, sino porque exige entrenar más los ojos y entrenar más el corazón. Los escritores luminosos para mí han pasado ya por la oscuridad y han hecho el camino más largo. Muchos autores son muy implacables con sus personajes, muy crueles; yo me siento inclinado a ser tierno y benévolo con ellos".

Necesitamos más escritores de la luz para estos tiempos tan oscuros.

miércoles, 29 de octubre de 2014

HE DEJADO SIN ACABAR... "EL ASESINO HIPOCONDRIACO" DE JUAN JACINTO MUÑOZ RENGEL (PLAZA Y JANÉS)


Que un asesino a sueldo sufra una hipocondría tan exagerada que le obstaculice el desarrollo de su trabajo y que piense que es él, en vez de suvíctima, el que está viviendo el último día de su vida, es a priori un planteamiento ingenioso y original. Si además el autor intercala entre las peripecias de su protagonista anécdotas de ilustres escritores que sufrieron la misma enfermedad, parece que deberíamos estar ante una novela original e interesante tanto para los aficionados a la novela negra como a la literatura en general. Sin embargo, en mi caso, las expectativas se me vieron defraudadas enseguida.

Veamos, la novela está bien escrita, no hay nada en el estilo de lo que avergonzarse, y la idea es efectivamente curiosa y divertida. El problema es que nunca debería haber sido una novela, sino algo de menor extensión como un cuento o, en el mejor de los casos una novela mucho más corta. La dejé en la página 76 porque ya tenía bastante; el personaje y sus achaques parecían haber dado de sí todo lo que tenían y la historia me empezaba a resultar ya bastante reiterativa. A lo mejor la trama daba después un giro sorprendente, no tenía pinta, pero nunca lo sabré porque, la verdad, no me apetecía continuar leyendo 170 páginas más.

Muñoz Rengel es un cuentista y, al parecer, bueno. No entiendo qué necesidad tenía de meterse en una novela si no es el género en el que se siente más a gusto. Borges no lo hizo.

viernes, 29 de agosto de 2014

ACABO DE LEER… “LA NOCHE A TRAVÉS DEL ESPEJO” DE FREDRIC BROWN (REINO DE CORDELIA)


Para muchos veteranos aficionados a la novela negra "La noche a través del espejo" no es un clásico más, sino que forma parte de la mitología del género y de sus más placenteros recuerdos lectores; así lo cuenta en su introducción Juan Salvador, dueño de  "Estudio en Escarlata", la estupenda librería madrileña especializada en literatura de género. Sin embargo, para un lector nuevo, como lo soy yo de esta novela, la experiencia no resulta tan satisfactoria. Reconozco que mezclar a Lewis Carroll y su Alicia en una trama de novela negra tiene su mérito y, a primera vista, bastante atractivo también. Lo que pasa es que para conseguirlo, Fredric Brown sacrificó una pieza muy importante del juego de la ficción, la verosimilitud. Pasan tantas cosas en una sola noche y tan “increíbles” que no hay estructura literaria, por ingeniosa que sea, capaz de sostener la verosimilitud del relato. Tampoco hay que olvidar que Brown no era un genio de la literatura, sino un buen artesano, y queda claro que en este caso le faltaron herramientas para llevar su idea al mejor puerto.

Dicho todo lo anterior, hay que reconocer también que “La noche a través del espejo” rezuma ambiente de novela negra por los cuatro costados y que sus protagonistas sí que son muy auténticos, especialmente el dueño del bar, uno de esos personajes que no resultan fáciles de olvidar. Además, la edición de Reino de Cordelia está muy cuidada desde la traducción de Susana Corral al diseño de la portada y sobrecubierta, pasando por la ya mencionada introducción de Juan Salvador. Así que, teniendo en cuenta todo esto y que “La noche a través del espejo” es un título que forma parte de la historia de la novela negra, yo recomendaría su lectura.

martes, 1 de julio de 2014

ACABO DE LEER... "EL GRAN FRÍO" DE ROSA RIBAS Y SABINE HOFMANN (SIRUELA)


Una novela negra que se desarrolla en la España de los años cincuenta corre algunos riesgos y el primero de todos es la profesión del protagonista. Al lector de hoy le costaría identificarse con un policía de la dictadura y detectives, en aquella época no había muchos; soplones y confidentes eran más frecuentes, pero, claro, siguen generando un problema de identificación en el lector. Por eso, la idea de las autoras de esta novela me parece genial, ¿por qué no una mujer, Ana Martí, periodista de “El Caso”, el periódico de sucesos más leído del país por aquellos años, y además hija y nieta de periodistas republicanos y, por tanto, represaliados y parte de ese numeroso grupo que formaban los exiliados interiores?

Otro riesgo, podría ser tratar de describir la España de la época cargando las tintas en la denuncia política y olvidándose del relato, pero Rosa Ribas y Sabine Hofmann también lo evitan con habilidad. Con los orígenes de la protagonista, la situación de su prima (intelectual expulsada de la universidad) y abundantes detalles de la realidad social y cultural de la época tienen más que suficiente para explicar lo que había al que quiera entender.

Así pues, una vez evitados los riesgos comentados, sólo nos queda adentrarnos en una estupenda novela construida, como no puede ser de otra manera en el género negro, sobre unos personajes tan sólidos como creíbles, y sobre la recreación de una atmósfera opresiva en la que se mezclan el aislamiento, la superstición, el miedo, el caciquismo, la incultura, y el oscurantismo propios del momento y en mucha mayor medida de la población rural de la época. Tan bien está recreado ese ambiente que en algunos momentos no he podido dejar de acordarme de “Los Santos Inocentes” de Miguel Delibes. Algo hay de esa novela en esta.

También es de agradecer que las autoras nos ofrezcan algo más que el habitual asesinato y su posterior investigación. En “El gran frío”, su protagonista acude a un pueblo perdido de Teruel en mitad del invierno más gélido del siglo sólo para tratar de informar acerca de un posible milagro. Una vez allí, las cosas no son tan sencillas como parecían y poco a poco la realidad que se va encontrando, los secretos que va descubriendo y la situación meteorológica la van envolviendo y aislando en una trama que Hitchcock habría firmado sin problema.

En resumen: buenos personajes, buena ambientación, buena historia,… ¿Qué más se puede pedir?

Esta es la segunda novela que escriben Rosa Ribas y Sabine Hofmann con la periodista Ana Martí como protagonista. La primera, “Don de lenguas” no la he leído todavía, pero, visto lo visto, lo haré pronto.

jueves, 22 de mayo de 2014

ACABO DE LEER... "APUNTES DE UN VENDEDOR DE MUJERES" DE GIORGIO FALETTI (ANAGRAMA)


Giorgio Faletti ha aprendido mucho desde "Yo mato", su primera novela, un best seller muy entretenido, pero con un estilo algo tosco y un claro exceso de páginas. Han pasado diez años y tres novelas desde entonces, y Faletti no ha perdido el tiempo, en "Apuntes de un vendedor de mujeres" ha alcanzado un estilo mucho más depurado y se ha dado cuenta por fin de que se puede contar lo mismo y mejor en menos espacio.

Estamos ante una estupenda novela negra que se desarrolla en un ambiente que Faletti conoció muy bien, el Milán de los años 70. Por eso es capaz de describir perfectamente los tugurios, las salas de fiesta, los casinos ilegales, los personajes noctámbulos y el ambiente político de la época. En esta historia no falta ninguno de los elementos que suelen otorgar la condición de "novela negra", un protagonista interesante, ingenioso y distinto (Faletti consigue que lleguemos a sentir empatía por un proxeneta castrado y asocial, que ya tiene mérito), una mujer fatal, delincuentes de baja estofa, la Mafia, las Brigadas Rojas, políticos corruptos, personajes ambiguos que casi nunca son lo que parecen... En fin, una historia que se lee sin respiro y que le deja a uno con ganas de más.