Resulta refrescante volver de vez en cuando al
siglo XIX con sus novelones, sus amores desgraciados, sus salones de recibir,
sus juegos de cartas, piezas de piano y conversaciones de sociedad. Si la novela
es rusa, encontraremos además la fascinación por París, la nobleza rural, el
afán por reformar la calidad de vida del campesino y las grandes fincas
agrícolas alejadas de la corte.
Turguénev no es el mejor de los novelistas rusos
del XIX porque ese título se lo disputan exclusivamente Tolstoi y Dostoyevski,
pero eso no quita para que su literatura sea de un altísimo nivel y resulte
siempre un placer volver a ella. Ford Madox Ford decía de este libro que era el
más bello que se había escrito. Exageraba, claro, aunque sí es cierto que toda
la historia que en él se cuenta está impregnada de una sutil melancolía eslava no
exenta de belleza.
Hermosa novela de un gran escritor. Es una delicia la lectura plácida de esta obra. Breve pero buen aporte, gracias!
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