AVENTURAS DE UN DON JUAN LERDO Y MAQUIAVELO DE PACOTILLA EN LA AMÉRICA PROFUNDA
Le tenía ganas a esta novela desde hace muchos años. Me miraba desde la estantería en su edición de pasta dura de la estupenda colección de novela negra, Clásicos Gimlet (Editorial Diagonal). Y por fin la he leído, con sensaciones ambivalentes, todo hay que decirlo. En la parte buena de la balanza destaco ese lenguaje coloquial, tosco, malsonante, que parece un personaje más en sí mismo; el protagonista, ese sheriff lerdo, donjuan inesperado y maquiavelo de pacotilla; la atmósfera espesa de una población pequeña de la América profunda, con sus personajes secundarios tan en la línea de la película (y serie) Fargo. Todo esto hace que merezca la pena, y mucho, leer esta novela, que es ya un clásico.
Lo peor de 1280 almas no supera a todo lo anterior, pero sí que lastra la historia. Y es una estructura de trama bastante simple y (esto es lo peor) muy reiterativa, que no ayuda a que la historia avance con agilidad, más bien al contrario, la bloquea y espesa como cuando metes los pies en un barrizal profundo por el que te cuesta mucho andar. Ahora que lo pienso, a lo mejor de eso se trata, de incidir en la atmósfera opresiva y claustrofóbica del relato. Podría ser. Quizás Jim Thompson ha dado prioridad a esto por encima de la agilidad narrativa.
Le había puesto tres estrellas, pero después de leer mi propia reseña, le añado otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario