Una novela negra que se desarrolla en la España de los años cincuenta corre algunos riesgos y el primero de todos es la profesión del protagonista. Al lector de hoy le costaría identificarse con un policía de la dictadura y detectives, en aquella época no había muchos; soplones y confidentes eran más frecuentes, pero, claro, siguen generando un problema de identificación en el lector. Por eso, la idea de las autoras de esta novela me parece genial, ¿por qué no una mujer, Ana Martí, periodista de “El Caso”, el periódico de sucesos más leído del país por aquellos años, y además hija y nieta de periodistas republicanos y, por tanto, represaliados y parte de ese numeroso grupo que formaban los exiliados interiores?
Otro riesgo, podría ser tratar de describir la España de la época cargando las tintas en la denuncia política y olvidándose del relato, pero Rosa Ribas y Sabine Hofmann también lo evitan con habilidad. Con los orígenes de la protagonista, la situación de su prima (intelectual expulsada de la universidad) y abundantes detalles de la realidad social y cultural de la época tienen más que suficiente para explicar lo que había al que quiera entender.
Así pues, una vez evitados los riesgos comentados, sólo nos queda adentrarnos en una estupenda novela construida, como no puede ser de otra manera en el género negro, sobre unos personajes tan sólidos como creíbles, y sobre la recreación de una atmósfera opresiva en la que se mezclan el aislamiento, la superstición, el miedo, el caciquismo, la incultura, y el oscurantismo propios del momento y en mucha mayor medida de la población rural de la época. Tan bien está recreado ese ambiente que en algunos momentos no he podido dejar de acordarme de “Los Santos Inocentes” de Miguel Delibes. Algo hay de esa novela en esta.
También es de agradecer que las autoras nos ofrezcan algo más que el habitual asesinato y su posterior investigación. En “El gran frío”, su protagonista acude a un pueblo perdido de Teruel en mitad del invierno más gélido del siglo sólo para tratar de informar acerca de un posible milagro. Una vez allí, las cosas no son tan sencillas como parecían y poco a poco la realidad que se va encontrando, los secretos que va descubriendo y la situación meteorológica la van envolviendo y aislando en una trama que Hitchcock habría firmado sin problema.
En resumen: buenos personajes, buena ambientación, buena historia,… ¿Qué más se puede pedir?
Esta es la segunda novela que escriben Rosa Ribas y Sabine Hofmann con la periodista Ana Martí como protagonista. La primera, “Don de lenguas” no la he leído todavía, pero, visto lo visto, lo haré pronto.
Otro riesgo, podría ser tratar de describir la España de la época cargando las tintas en la denuncia política y olvidándose del relato, pero Rosa Ribas y Sabine Hofmann también lo evitan con habilidad. Con los orígenes de la protagonista, la situación de su prima (intelectual expulsada de la universidad) y abundantes detalles de la realidad social y cultural de la época tienen más que suficiente para explicar lo que había al que quiera entender.
Así pues, una vez evitados los riesgos comentados, sólo nos queda adentrarnos en una estupenda novela construida, como no puede ser de otra manera en el género negro, sobre unos personajes tan sólidos como creíbles, y sobre la recreación de una atmósfera opresiva en la que se mezclan el aislamiento, la superstición, el miedo, el caciquismo, la incultura, y el oscurantismo propios del momento y en mucha mayor medida de la población rural de la época. Tan bien está recreado ese ambiente que en algunos momentos no he podido dejar de acordarme de “Los Santos Inocentes” de Miguel Delibes. Algo hay de esa novela en esta.
También es de agradecer que las autoras nos ofrezcan algo más que el habitual asesinato y su posterior investigación. En “El gran frío”, su protagonista acude a un pueblo perdido de Teruel en mitad del invierno más gélido del siglo sólo para tratar de informar acerca de un posible milagro. Una vez allí, las cosas no son tan sencillas como parecían y poco a poco la realidad que se va encontrando, los secretos que va descubriendo y la situación meteorológica la van envolviendo y aislando en una trama que Hitchcock habría firmado sin problema.
En resumen: buenos personajes, buena ambientación, buena historia,… ¿Qué más se puede pedir?
Esta es la segunda novela que escriben Rosa Ribas y Sabine Hofmann con la periodista Ana Martí como protagonista. La primera, “Don de lenguas” no la he leído todavía, pero, visto lo visto, lo haré pronto.
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