TAN IMPERFECTA COMO ENTRETENIDA
Me gustaba más el Nick Hornby de “Alta fidelidad”
o “Fiebre en las gradas”, mucho más fresco y desparpajado, pero la frescura,
como la juventud, se pierde con la edad y a pesar de todo hay que seguir
adelante. Eso es lo que hace Hornby, al que el paso del tiempo por lo menos le
ha permitido ganar en oficio y seguridad, que no todo van a ser pérdidas. Lo
que sí conserva desde sus inicios es su oído perfecto para los diálogos. Debe
de ser uno de los mejores dialoguistas contemporáneos. Y lo sabe, por eso
recurre a ellos cada vez que puede.
En “Funny Girl”, Hornby sigue las andanzas de una
joven inglesa de clase media que, tras ganar un concurso de belleza en su
ciudad, entra en el mundo de las series de televisión de finales de los 60 en
el Reino Unido. Y lo hace en la que será probablemente la edad de oro de las
series cómicas de media hora. Desde ese punto de vista, casi histórico, da
gusto poder visitar con ella los entresijos de la BBC de la época, así que ya
sólo por eso merece la pena esta novela.
Desde el punto de vista exclusivamente literario,
“Funny girl” está muy lejos de ser una novela perfecta. Sus personajes, todos
ellos muy bien esbozados e interesantes, tienen un enorme potencial de
profundidad que Hornby no llega a aprovechar. Se queda uno con ganas de saber
mucho más acerca de ellos, sobre todo de los dos guionistas y el productor,
pero a Hornby no parecen interesarle tanto, o no es capaz de sacar más de
ellos. Que también puede ser.
Por otro lado, hay algunos problemas con el punto
de vista. Comenzamos la novela siguiendo a Sophie (Bárbara) y a las cien o
ciento cincuenta páginas, cuando ya estamos convencidos de que lo veremos todo
a través de ella, se suceden las secuencias en las que Hornby la relega para
poner el foco en sus otros personajes. Todo esto estaría muy bien en una novela
coral, pero “Funny girl” no parece querer serlo.
A diferencia de muchas otras novelas imperfectas,
lo más curioso de ésta es que va de menos a más, así que es en el último cuarto
cuando “Funny girl” alcanza el nivel adecuado, cuando se empieza a convertir en
una novela de peso. Parece como si las trescientas páginas anteriores sólo
hubieran servido de andamio para llegar a los últimos dos capítulos, “Todo el
mundo quiere a Sophie” y “De hoy en adelante”. Es justo ahí, en esas últimas
cien páginas, donde Hornby se hace con la novela y la convierte en lo que debe
ser, en ese artefacto destinado a explicarnos a nosotros mismos a través de los
personajes. Es ahí donde se ve la madurez del Hornby escritor y del Hornby ser
humano.
Releo los párrafos anteriores y tengo la
sensación de haber sido quizás demasiado duro con “Funny girl” porque lo cierto
es que en cualquier caso es muy entretenida y se lee en un suspiro, pero me da
rabia que no haya desarrollado todo su potencial. Si no hubiera sido por el
nivel del último cuarto seguramente no habría sido tan exigente con ella.
En cuanto a la traducción,
a cargo del prestigioso y experimentado Jesús Zulaika, lo único que me llama la
atención es que traduzca la palabra inglesa “series” por “serie” cuando es
evidente que se refiere a “temporada”. De hecho, los cuatro capítulos que se
titulan “La primera temporada”, “La segunda temporada”, etc… son traducidos
sorprendentemente por “la primera serie”, “La segunda serie”, etc… No sé si
Jesús Zulaika tendrá alguna razón que lo justifique. A mí, desde luego, no se
me ocurre ninguna.
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