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jueves, 27 de octubre de 2016

RESEÑAS DE LIBROS. "ALGÚN DÍA ESTE DOLOR TE SERÁ ÚTIL” DE PETER CAMERON (LIBROS DEL ASTEROIDE)


NO ES “EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO”, PERO SE LEE CON AGRADO.
Estamos ante una historia clásica de iniciación, de transición al mundo adulto, eso que los cursis llaman un "bildungsroman". De hecho, su protagonista, el perspicaz e hipersensible James Sveck, nos recuerda de alguna manera al Holden Caulfield de "El guardián entre el centeno", la gran novela canónica de formación del siglo XX. Aunque la rabia y la marginalidad que arrastra el Holden Caulfield de Salinger son muy superiores a las del personaje de Cameron.
James Sveck es muy neurótico, algo insolente, y también un poco asocial, aunque todo ello lo maneja de una forma bastante divertida, al menos para los que lo contemplamos a través de la lectura. Se puede decir que cuenta con las características propias de un adolescente común, alteradas a mejor por su inteligencia, pero complicadas a su vez por un par de circunstancias más bien traumáticas que se irán viendo a lo largo de la novela.
En cualquier caso, James vive en un buen barrio de Nueva York, en el entorno privilegiado que le proporcionan su madre, dueña de una galería de arte, y su padre, abogado de un gran bufete. Y su mayor expresión de rebeldía es su negativa a estudiar el siguiente curso en la exclusiva Universidad de Brown. Está claro que no hablamos de alguien que tiene que luchar por la subsistencia ni nada parecido. Sus problemas son los propios de un miembro de la clase media-alta neoyorquina y, por lo tanto, sólo relativamente graves. En este sentido, el título quizás resulte algo desmesurado. No estamos ante un gran drama. Esto es importante señalarlo tanto para no asustar a los posibles lectores que huyen de argumentos duros, como para no decepcionar a aquellos a los que les gustan.
Aunque el punto fuerte de la novela no está en su trama, sino en sus divertidos diálogos, muy agudos y ágiles. Las réplicas y contrarréplicas ocurrentes se suceden en casi todas las conversaciones para mayor disfrute del lector. Entre las mejores, se encuentran las que mantiene con su psiquiatra, tremendamente conseguidas (y muy bien captada la relación terapeuta - paciente con resistencias), con sus padres, o con su abuela, mucho más apacibles.
Por lo demás, la novela está bien escrita y su lectura resulta ágil y muy agradable, pero no me parece que sea la “gran novela americana” ni, como se dice en la contraportada, una de las mejores novelas sobre la ciudad de Nueva York o una de las más sutiles sobre el 11S, que es algo que se toca muy tangencialmente. Las editoriales deberían tener cuidado con las expectativas que crean en sus contraportadas. Siempre es mejor sorprender que decepcionar.

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