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jueves, 12 de marzo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “ANDANZAS DEL IMPRESOR ZOLLINGER” DE PABLO D'ORS (IMPEDIMENTA)


UNA FÁBULA MORAL Y LUMINOSA DEL HERMANN HESSE ESPAÑOL

Ahora que Pablo D'Ors ha consolidado su carrera literaria con un buen número de estupendas novelas y un ensayo superventas como "Biografía del Silencio", conviene detenerse un momento para volver a alguna de sus primera obras y descubrir que el germen de lo que ahora leemos y tanto nos conmueve ya estaba presente desde el principio. Y así llegamos a "Andanzas del impresor Zollinger", una novela corta editada en 2003 por Anagrama y reeditada diez años después por Impedimenta, que podría servir como ejemplo de ese tipo de literatura que tanto reivindica Pablo d'Ors y que él mismo califica como "literatura luminosa" o "literatura de la luz".

August Zollinger, el protagonista de sus propias andanzas, ha nacido con una vocación, la de ser impresor. Ese es el trabajo que le apasiona y al que quiere dedicar su vida. Sin embargo, las circunstancias no le favorecen y debe recorrer diversas ciudades para poder ganarse la vida con los trabajos, siempre modestos, que le van saliendo aquí y allá. Y es precisamente en la modestia de estos trabajos donde August demuestra que, a pesar de su juventud, ya es un hombre sabio, porque en su fuero interno sabe que no hay trabajos mejores y peores sino trabajos bien y mal ejecutados. Por eso, sea cual sea la labor que le encomienden, él se esfuerza en llevarla a cabo de la mejor manera posible recibiendo a cambio la satisfacción propia, y a veces ajena, por las cosas bien hechas y, al tiempo, la tranquilidad de espíritu. Ésta es la luz de la que habla Pablo d'Ors, la que ilumina a las personas ejemplares que, por su sencillez, no suelen llamar la atención.

El editor califica a esta novela como fábula moral, y efectivamente lo es, no sólo por su apuesta por el trabajo bien realizado, sino por el repaso que da en tan breves páginas a las otras fuentes de satisfacción para el ser humano: el amor, la amistad, el compañerismo o la soledad cuando es buscada.

También se refiere el editor a los ecos que resuenan en ella de Kafka, Walser, Hesse y Kundera, puede ser. De hecho, tanto Kafka como Hesse y Kundera son tres de los autores favoritos de Pablo d'Ors. Y quizás también Walser, no lo sé. Yo a quien veo sobre todo en esta novela es a Hesse, por su carácter moral, pero también por su condición de novela de aprendizaje, casi de guía vital para el joven que empieza. Aunque hay algo que d'Ors tiene y que a Hesse le falta, y es el sentido del humor. Todo el texto está salpicado de comentarios o escenas llenas de humor como el juego de seducción en conversaciones telefónicas de cinco segundos o el proceso de estampado de sellos en el ayuntamiento que a mí no deja de recordarme a la famosa escena de las tuercas de Chaplin en “Tiempos Modernos”.

Y la edición, impecable, claro, como acostumbra Impedimenta. Ese juego de diseño entre la sobrecubierta y la cubierta, el papel tipo verjurado de la sobrecubierta, el tipo de letra, el uso del bicolor negro y rojo en portadilla y portada… En fin, toda una reivindicación del libro de papel frente al electrónico.

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