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miércoles, 27 de mayo de 2015

RESEÑAS DE LIBROS. “EL GRAN RELOJ” DE KENNETH FEARING (RBA. SERIE NEGRA)


UNA TRAMA TAN PERFECTA QUE FUNCIONA CON LA PRECISIÓN DE LAS PIEZAS ENGRASADAS DE UN RELOJ SUIZO

Nada más empezar a leer esta novela descubrimos algo asombrados que el ambiente y los personajes de la serie “Mad men” ya estaban ahí en los años cuarenta, dos décadas antes de la época en que se desarrolla la mítica serie. Ya estaban las grandes empresas editoras de revistas, las de publicidad, la gran ciudad, los barrios residenciales, los ejecutivos, sus compañeros de oficina, sus amantes, sus fieles esposas, el alcohol, los bares, en fin, todo. Así que se encuentra uno tan tranquilo leyendo lo que parece una historia costumbrista más cuando, de repente, en unos pocos días, la vida del protagonista da un giro radical y se desliza (y nosotros con él) por una trama frenética que es ya como una montaña rusa que podrían haber diseñado a partes iguales Patricia Highsmith y Alfred Hitchcock. A partir de entonces, preocupados y muertos de curiosidad por lo que le vaya a ocurrir al protagonista, no podemos hacer otra cosa más que pasar páginas y páginas sin descanso hasta llegar a la última.

En la contraportada del libro se nos dice que “El gran reloj” está considerada como una de las mejores novelas negras jamás escritas. Esa frase se utiliza muy a menudo y casi siempre en vano. Sin embargo, en esta ocasión la suscribo con entusiasmo. “El gran reloj” es una obra maestra sin discusión. Sus puntos de vista múltiples (los personajes más importantes son los consecutivos narradores en primera persona), que no sea importante el habitual “quién lo hizo”, que no haya detectives o policías de por medio,… Todo contribuye a la originalidad de esta novela negra perfecta. Y en tan solo 188 páginas, no le hacen falta más a su atípico autor para rematar su espléndida historia y hacernos disfrutar como locos.

¿Qué por qué atípico? Pues porque Kenneth Fearing fue sobre todo un poeta, considerado como el mejor de su generación, la de la Gran Depresión, así que escribió casi tantos libros de poemas como novelas. No deja de ser curioso que no sea más conocido entre nosotros, o incluso que lo sea más como poeta en Estados Unidos que como novelista a pesar de haber escrito una joya como “El gran reloj”.

Lo que no me gusta tanto es el título. No hace referencia a ningún aspecto concreto de la trama, sino a una especie de engranaje invisible, que se menciona varias veces en el texto, y que hace girar el destino de las personas hacia el triunfo o hacia la catástrofe. Desde mi punto de vista, a lo que en realidad debería referirse es a esa trama tan perfecta que funciona con la precisión de las piezas engrasadas de un reloj suizo.

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