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miércoles, 20 de enero de 2016

RESEÑAS DE LIBROS. "ELOGIO DEL CAMINAR" DE DAVID LE BRETON (SIRUELA)


LA EXPERIENCIA DE CAMINAR LE RECUERDA AL SER HUMANO SU FRAGILIDAD, PERO TAMBIÉN SU FUERZA

Tanto las personas a las que simplemente les gusta caminar, como aquellas que deben hacerlo por consejo médico o por motivos profesionales, van a encontrar en este pequeño libro gran cantidad de información antropológica sobre el aparentemente sencillo acto de andar, pero también inspiración y motivación, si les fuera necesaria. Pasear por la ciudad o el parque, o marchar por el campo sin más, puede estar bien, pero hacerlo con el soporte filosófico y antropológico que proporciona David Le Breton, qué duda cabe, aporta  a esta sencilla actividad un plus de respetabilidad.

"Elogio del caminar" está dividido en cuatro grandes partes. La primera, "El gusto de caminar", recoge los elementos esenciales del camino a pie, centrándose sobre todo en la reina de sus modalidades, la ruta larga, la marcha de varios días, la que tiene su ejemplo casi canónico en la peregrinación mítica y espiritual a la catedral de Santiago, el conocido "Camino de Santiago". Aquí se habla del equipaje, de los animales que uno suele encontrar en su viaje (generalmente perros amenazantes), de las diferencias entre ir solo y acompañado, del sueño en mitad del camino y las bondades de dormir en el campo, de las ganas de cantar, del silencio, de la curiosidad del caminante, de la posibilidad de los encuentros (imposibles en el viaje en coche) o de los problemas físicos que se suelen padecer durante la ruta. Y hay incluso un capítulo muy especial dedicado a las marchas inmóviles, las de aquellos que no pueden andar, como las que se recogen en el "Viaje en torno de mi cuarto" de Xavier de Maistre.

En la segunda parte, "Caminantes de horizontes", Le Breton nos habla de cinco exploradores (Cabeza de Vaca, René Caillié, Richard F. Burton, John Speke y Michel Vieuchange), supongo que para ilustrar con sus historias y aventuras los conceptos que ya había expuesto en la primera. Para mí estas 30 páginas, encapsuladas casi a modo de paréntesis, son las menos interesantes del libro. No me queda claro el criterio (¿por qué estos y no otros?) ni la necesidad.

Afortunadamente, en la tercera parte, "Caminar urbano", Le Breton recupera el tono del comienzo para centrarse en la variedad urbana del caminar. Aquí el protagonista, claro, es el flâneur, tal y como fue establecido en esa biblia del paseo urbano que es "El peatón de París" de Léon-Paul Fargue. Además, encontramos una interesante reflexión sobre los diferentes ritmos de la marcha en las ciudades (a veces incompatibles entre sí); y un repaso de lo más entretenido a los cuatro sentidos del paseante (oír, ver, sentir y aspirar).

Se cierra el libro con "Espiritualidades del caminar", donde se establecen los vínculos más que evidentes entre la marcha y la espiritualidad, sobre todo en el budismo, aunque también en otras religiones orientales. Encontramos aquí verdaderos clásicos como "Relatos de un peregrino ruso" (anónimo), "El camino de las nubes blancas: un peregrino budista en el Tibet" de Govinda o "El leopardo de las nieves" de Matthiessen, una joya, ésta última, de la espiritualidad y del camino, también publicada por Siruela, por cierto.

Al pasar la última página, el lector también ha recorrido su camino y ya entiende a Le Breton cuando sostiene que la experiencia de caminar le recuerda al ser humano su fragilidad, pero también su fuerza.

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