“Stoner” es una novela tristísima
sobre la vida quizá porque la vida a fin de cuentas, si le quitamos todas sus
distracciones y pequeños alicientes, es esencialmente triste, un camino de
derrotas y pérdidas hasta la derrota y la pérdida final. A William Stoner no le
suceden grandes dramas, pero tampoco grandes alegrías, su vida es una sucesión
de pequeñas decepciones que acaban configurando una enorme decepción vital. Como
se dice hacia el final de la novela, ni su vida fue fácil ni él se ocupó de
hacerla fácil. “¿Qué esperabas?” se pregunta una y otra vez Stoner al final de
su vida, “¿qué esperabas?”. Y está claro que el pobre Stoner no esperaba nada y
quizás por eso fue muy poco lo que obtuvo.
“Stoner” es una novela de una
grandísima calidad. Y cuanta además con una enorme virtud, la capacidad
narrativa de John Williams. A pesar de que no ocurre gran cosa, se lee en dos
sentadas, porque acabas pasando las páginas a la manera vertiginosa en que se
pasan en las novelas de acción o de misterio, y eso, claro, es merito del
impecable estilo de John Williams. Nos queda claro que sabe cómo contar una
historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario