Hacía tiempo que tenía ganas de leer este
libro, me hacía gracia el título y también la foto de la portada, y al final lo
he conseguido en un ejemplar de la biblioteca porque, como pasa con casi todo
lo que se publica últimamente, está ya descatalogado.
Las expectativas eran grandes y quizá por eso
me ha defraudado bastante. En la portada se indica que se trata de una novela,
pero casi siempre tuve la sensación de leer un libro de recuerdos de la
infancia, adolescencia y primera juventud del propio Hernán Casciari. Que el
protagonista se llame Harnán Casciari, sus padres como sus padres, su mejor
amigo como su mejor amigo y su mujer como su mujer supongo que no ayuda
demasiado a hacerse a la idea de que lo que se está leyendo es ficción. Es
verdad que hay algunos episodios bastante inverosímiles salpicados aquí y allá
que, si no son ficción, sí que parecen al menos lo que el propio autor llama
con gracia “anécdotas mejoradas”.
Si finalmente decidimos aceptar que lo que
estamos leyendo es una novela, no me parece entonces que su estructura sea
equilibrada ni su trama ordenada o, por lo menos, desordenada con un criterio
literario. Si, por el contrario, optamos por el libro de recuerdos, creo que
este género aguantaría mejor los desequilibrios del relato. Aunque tanto en un
caso como en otro no se nos cuenta nada demasiado extraordinario. Hay golpes
graciosos de vez en cuando, algunos párrafos afortunados, y eso siempre es de
agradecer, pero poco más, la verdad. Y lo siento porque realmente esperaba algo
mejor.
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