Pertenezco a la Sociedad de Amigos de las Nubes. Sí, existe una Sociedad de Amigos de las Nubes. Bueno, en realidad su verdadero nombre es Cloud Appreciation Society y, como todos los clubes raritos, es inglés. Llegué a ser miembro de tan selecto club a través de un libro, así ocurre casi todo en mi vida. Su fundador, Gavin Pretor Pinney, escribió una Cloudspotter Guide, que se tradujo en España como Guía del Observador de Nubes. Con ese título era prácticamente imposible que no me llamara la atención. Lo compré, me lo leí y me lo aprendí. De manera que hoy en día creo que puedo decir sin temor a la exageración que soy bastante experto en nubes. O al menos en clases de nubes. Se distinguir un cúmulo de un altocúmulo o de un estratocúmulo y un cirro uncinus de un cirro fibratus vertebratus. Sé que los altocúmulos no son todos iguales, que algunos son floccus, otros lenticularis, etc…; que la lluvia espesa y continua la producen los nimbostratos y que la lluvia de chubasco y tormenta cae desde los peligrosos y míticos cumulonimbos, que además suelen acabar en forma de yunque. Para que seguir…Lo cierto es que sé bastante de nubes y este conocimiento, como todos los que son un poco inútiles, me fascina.
Además, la afición a las nubes es una de las más asequibles y baratas posibles. Solamente hacen falta ojos. Ni siquiera dos. Con uno es suficiente. No se precisa de ningún instrumento caro tipo “Catalejo nuboso” ni de ningún atuendo especial con tejido de protección anti energía nebular. Sólo ojos y una mínima capacidad de girar la cabeza hacia arriba. Con eso y una buena guía de nubes, la diversión está asegurada. Además si el tipo de nubes que hay en el cielo en el momento de la observación son cúmulos, te puedes entretener buscando formas y parecidos, que es algo que podíamos hacer cuando éramos pequeños y que al crecer se nos olvida (salvo que seamos miembros de la Sociedad de Amigos de las Nubes, claro).
No quiero resultar pesado. Simplemente te invito a que abandones esa fea costumbre de mirar siempre hacia abajo, tan deprimente además, para descubrir un nuevo paisaje blanco sobre tu cabeza. A fin de cuentas, no hay nada más aburrido que un cielo azul cielo. Verás como pronto, si te he convencido, al salir del portal de tu casa para dirigirte al colegio, al instituto o al trabajo en lugar de comentar que hace fresquete o un calor de narices, podrás decir con orgullo “Vaya, altocúmulos floccus hacia el Oeste y cirros con virga en el Sur”. Eso no quiere decir que vayas a ser capaz de predecir el tiempo, que para algo están los hombres y las mujeres del tiempo, pero que te vas a quedar con el personal, eso es seguro.
En fin, una de las obligaciones y compromisos de los miembros de mi club es hacer proselitismo de las nubes y eso es lo que he intentado. Por cierto, si una vez introducido en este universo nublado, quieres pasar a formar parte de nuestro selecto club puedes hacerlo en la página web que indico a continuación por 4 libras y los gastos de envío. A cambio te enviarán a tu casa un diploma, una chapita y una insignia para pegar con la plancha en alguna prenda que no te guste mucho (por si acaso). Pero, lo que es más importante, te darán la oportunidad de poder decir con orgullo que eres miembro de la Sociedad de Amigos de las Nubes”. Si en tu entorno ya pensaban que podías ser un poco rarito, esto se lo confirmará.
esta tarde e salido a mi terraza y le e visto colores a las nueves como cuando echan gasolina al mar pues las veía igual
ResponderEliminaralguien me puede decir que tipo de fenómeno es este